CONSTRUYENDO MENTES Y VÍNCULOS EN LA INFANCIA

Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo de los niños, y el juego desempeña un papel fundamental en su crecimiento. Más de un millón de nuevas conexiones nerviosas se forman en el cerebro durante estos años, construyendo su estructura y función a largo plazo. Aunque la biología influye, el entorno y las experiencias también juegan un papel esencial.

El cuidado receptivo es vital para los bebés y niños pequeños. El concepto de “servir y responder”, promovido por el Centro de Desarrollo Infantil de Harvard, destaca la importancia de las interacciones recíprocas entre el niño y el cuidador. Estas interacciones amorosas y nutricias son los cimientos de un cerebro saludable y un niño feliz, aumentando sus posibilidades de convertirse en un adulto competente y exitoso.

El juego es una de las mejores formas de proporcionar cuidado receptivo. Para aprovechar al máximo sus beneficios:

1. Presta atención completa. Deja el teléfono a un lado y evita las distracciones.

2. Sé recíproco. La interacción “servir y responder” es clave. Incluso los bebés pueden interactuar con sus cuidadores, fomentando su desarrollo. No es necesario que la reciprocidad sea igualitaria; puede ser una sonrisa o un balbuceo en respuesta a tu diálogo.

3. Ajusta el juego según las etapas del desarrollo. Esto permitirá que tu hijo participe plenamente y fomentará su desarrollo.

El juego no solo construye cerebros, sino también vínculos afectivos que durarán toda la vida.