Las vitaminas son sustancias esenciales para el cuerpo. Algunas están muy ligadas a la función inmunológica, tales como las señaladas a continuación:
Vitamina C, además de la función inmunológica, esta vitamina es necesaria para mantener la salud de la piel y los tejidos. Está presente en frutas como la piña, la mandarina, la naranja y el kiwi. También puede consumirse en vegetales como los chiles dulces rojos y amarillos y el brócoli.
Vitamina E, además de ser necesaria para la inmunidad, participa en la formación de glóbulos rojos, actúa como antioxidante y ayuda a proteger las células del cuerpo. Los principales alimentos fuentes de esta vitamina son el aceite de oliva, los frutos secos como las nueces y semillas y los vegetales verdes como el brócoli y la espinaca.
Vitamina A, contribuye en la función inmune y ayuda a mantener sanos la piel y los tejidos blandos. Esta presente en vegetales de hojas verdes y en frutas como mangos, albaricoques y melón.
Vitamina D, además de la función inmune, contribuye a la absorción del calcio y fósforo en el organismo, ayudando en la formación y mantenimiento de dientes y huesos. También participa en la coagulación de la sangre y a mantener el nivel de calcio en sangre. Está presente en productos lácteos y en huevos, aguacate y aceite de hígado de bacalao.
Adicional a lo anterior, la experta explica que en el mercado existen opciones de alimentos como cereales, leches, bases para sopas y harinas, entre otros; cuya fórmula ha sido fortificada con vitaminas y minerales. “El consumidor también puede buscar opciones fortificadas que le permitirán tener un impacto positivo en la prevención de las deficiencias de vitaminas y minerales”, añadió.
Nota por la nutricionista Patricia Vial