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La gabardina: entre la lluvia, el cine y la eternidad


Dicen que hay prendas que no necesitan presentación. Y es cierto. Cuando Audrey Hepburn corre bajo la lluvia en Breakfast at Tiffany’s, envuelta en una gabardina beige, entendemos que hay momentos donde el cine y la moda se funden para siempre.

La gabardina —palabra clave central de este artículo— no es solo un abrigo. Es una narrativa en tela que atraviesa épocas y pantallas. Nació en 1879 gracias a Thomas Burberry, quien desarrolló un tejido resistente al agua y al viento, y más tarde, en 1912, registró el diseño que vestiría a soldados británicos bajo climas implacables. Un origen funcional, con una historia cargada de carácter.

Audrey Hepburn con trench coat

Del campo de batalla a la gran pantalla

Fue en el cine donde la gabardina encontró su lugar en la cultura popular. Humphrey Bogart en Casablanca le dio un aura de misterio. Audrey Hepburn la elevó a símbolo romántico. Desde los años 50, cada década ha reinterpretado esta pieza, dándole nueva vida sin perder su esencia.

Marcas como Burberry la han perfeccionado. Dior la refinó con siluetas más sofisticadas. Y hoy, más que nunca, la gabardina sigue diciendo mucho sin pronunciar palabra.

Trench Coat Burberry

Estilo heredado: la gabardina como legado

Más que una moda pasajera, la gabardina es herencia. No se viste, se vive. Transformadora de cualquier look, es una prenda que impone carácter, que habla por sí sola. Su fuerza radica en su simplicidad, en su versatilidad, y en esa capacidad casi mágica de atravesar generaciones.

Hoy, sigue protagonizando campañas, pasarelas y armarios de quienes entienden que el estilo real no necesita gritar.

Trench Coat Looks