Los hábitos para toda la vida se forman en la familia, y uno muy importante que se debe
fomentar desde la niñez es la alimentación sana y balanceada. La evidencia científica
sugiere que una intervención temprana en este sentido tiene mayor efectividad para
ayudar a prevenir algunas enfermedades relacionadas con la mala alimentación.
En el caso de los niños en edad escolar, etapa en la que comienzan a reconocer su
potencial único, una alimentación balanceada y nutritiva es fundamental para estimular el
desarrollo integral de sus capacidades físicas e intelectuales y reforzar su sistema
inmune.
Para fomentar en los niños los buenos hábitos alimentarios, los padres son el principal
ejemplo. Los niños suelen hacer algunas cosas por imitación, por lo que, si ven que sus
padres o cuidadores consumen frutas y vegetales frecuentemente, y practican una
actividad física a diario, hay más probabilidad que ellos también se motiven a hacerlo.
Patricia Vial, gerente de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé Centroamérica, destaca
que, como los niños en edad escolar pasan más tiempo en casa por la pandemia, “los
padres debemos fomentar buenos hábitos de alimentación en el hogar y además
garantizar que se alimenten correctamente, sobre todo en una etapa tan importante para
su desarrollo. Para ello, es esencial conocer cuáles son las vitaminas y minerales que nos
ayudarán a apoyar su crecimiento”.
Cómo lograr una alimentación balanceada
Las vitaminas y minerales son componentes necesarios en cantidades pequeñas pero
indispensables para la vida del pequeño, para su desarrollo, producción de energía y
bienestar general. Para lograrlo, es importante incluir alimentos fuente de los siguientes
nutrientes:
Lácteos:
Aportan calcio, mineral esencial para la formación de huesos y dientes sanos.
Se recomienda incluir dos porciones de lácteos diariamente.
Hierro:
Forma parte de la hemoglobina, encargada del transporte de oxígeno en el
cuerpo, interviene en la función inmunológica y en el rendimiento intelectual. Por esto, si
los niños tienen una baja concentración de hierro en la sangre, puede verse afectado su
desempeño escolar. El hierro se encuentra las carnes rojas y los peces de carne oscura, y
también se puede obtener en frijoles y vegetales de color verde intenso, como la espinaca
y brócoli.
Cinc:
Juega un papel muy importante, aunque no crítico, en el crecimiento y desarrollo de
los niños, y contribuye a un buen desarrollo y funcionamiento cerebral. Puede encontrarlo
en las carnes rojas, mariscos y en algunos frutos secos.
Vitamina D:
Por otro lado, la vitamina D favorece la absorción del calcio y regula el
metabolismo del fósforo y del calcio, permitiendo así una buena formación de los huesos.
Está presente en los pescados grasos como salmón, sardina, atún, trucha y corvina, en la
mantequilla y la yema de huevo.
Vitamina C:
Es un potente antioxidante, que ayuda a combatir el daño ocasionado por los
radicales libres en el cuerpo y forma parte del sistema inmunológico. También juega un
papel importante en la producción de colágeno, una proteína que forma parte de los vasos
sanguíneos, ligamentos, piel y huesos. Para ayudar a cubrir los requerimientos diarios de
vitamina C, se deben consumir frutas como la piña, mandarina, naranja, toronja, kiwi y
frutos del bosque.
Proteínas:
Se encargan de construir, mantener y reparar los tejidos corporales. Pueden
ser de origen animal o vegetal. Las proteínas de origen animal son de alto valor biológico
(carne, pollo, pescados y mariscos, huevo y lácteos), y las de origen vegetal no son de
alto valor biológico, pero al combinarse hacen una proteína completa (por ejemplo, maíz
con frijoles o arroz con lentejas, entre otros).
De esta manera, fomentando en familia buenos hábitos de alimentación y considerando
cuáles son las vitaminas y minerales que más benefician a los niños en edad escolar,
podremos acompañar su crecimiento y desarrollo, y estimular su aprendizaje durante una
de las etapas más importantes de sus vidas.
1 Comment
Buenísimo el articulo. Saludos.