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Victoria’s Secret Fashion Show 2025: el regreso de la fantasía que todos esperábamos


El Victoria’s Secret Fashion Show 2025 fue, sin duda, el show que queríamos ver en 2024.
Este año, la marca escuchó las críticas, analizó los errores del año pasado y volvió a apostar por lo que siempre hizo único al desfile: la fantasía, la música, el espectáculo y ese sentido de glamour larger than life que definió una era.

Recuerdo la primera vez que vi un show de Victoria’s Secret. Me hipnotizó: las luces, los efectos, los trajes, la música… todo parecía un universo paralelo. Cada edición era esperada con ansias: queríamos saber quién abriría, quién cerraría, quién sería la nueva “angel”.
De todas, la de 2005 sigue siendo mi favorita—quizás por ser la primera que vi, o simplemente porque tenía la magia perfecta.
Este año, todo eso volvió a sentirse.


Jasmine Tookes victoria secre embarazada modelo
Jasmine Tookes

Jasmine Tookes y un inicio simbólico

El desfile abrió con Jasmine Tookes en un look romántico con detalles perlados.
Lo verdaderamente icónico fue verla desfilar embarazada: poderosa, serena y elegante.
Nunca había visto algo así en un show de la marca, y fue un gesto que habló de evolución sin renunciar al estilo.

Ese momento me llevó directo a la nostalgia: recordé la edición 2002, cuando Tyra Banks abrió una sección bailando flamenco. Esa teatralidad, esa energía… estaban de vuelta.


El retorno del espectáculo

Después de un 2024 criticado por su sobriedad y falta de emoción, Victoria’s Secret volvió a lo grande.
Hubo alas, brillo, coreografías, una dirección de arte que recordó los años dorados del show.
La producción recuperó esa estética desbordante que el público extrañaba.

Y sí, los nombres clásicos regresaron: Adriana Lima, Alessandra Ambrosio, Behati Prinsloo y Doutzen Kroes revivieron la magia original.
El desfile volvió a ser ese sueño visual al que todos queríamos entrar.

La música también jugó un papel clave: regresaron los mixes únicos de la marca y escuchar finalmente Toxic de Britney Spears fue un momento de pura nostalgia pop.


Los artistas invitados

El line-up musical incluyó a Missy Elliott, Madison Beer, TWICE y Karol G.
Cada una aportó una energía distinta, logrando que la música fuera parte viva del show.
Karol G, en particular, representó el crecimiento de la cultura latina dentro de la moda global. Su participación en español fue un guiño inteligente a la diversidad actual, más integración que espectáculo aislado.


Lo que funcionó y lo que aún falta

En general, el show funcionó porque recuperó su identidad visual: volvió el ritmo, las luces, la teatralidad y ese equilibrio entre nostalgia y actualización estética que el público pedía. El casting combinó con acierto a los íconos clásicos con nuevos rostros, creando una continuidad generacional que se sintió natural, mientras la transmisión simultánea en Amazon Live, YouTube y TikTok consolidó al desfile como un evento global y contemporáneo. Sin embargo, aún hay aspectos que pueden mejorar: se extrañaron los momentos de backstage y las voces de producción que hacían sentir al espectador parte del espectáculo. Además, algunos segmentos se sintieron acelerados, sin ese hilo emocional que caracterizaba a las ediciones más memorables.

Un legado que se reinventa

Victoria’s Secret volvió a su estándar: la mezcla entre sensualidad, fantasía y espectáculo.
Y no es menor recordar que fue la primera marca en transmitir un desfile por internet en 1999, algo visionario para su época.
En 2025 lo hace otra vez, pero adaptado a un mundo digital e interactivo donde cada usuario puede mirar, comentar y comprar en tiempo real.

Karol G

La fantasía vuelve a ser relevante

El Victoria’s Secret Fashion Show 2025 marca un regreso necesario: una reconciliación entre pasado y presente.
Después del intento fallido del año anterior, esta edición devolvió el brillo, la emoción y el espectáculo que definieron a la marca durante dos décadas.

No fue perfecto, pero fue sincero.
Y, sobre todo, fue un recordatorio de por qué alguna vez nos enamoramos de este show: porque nos permitía soñar con un mundo imposible, donde la belleza, la música y la moda bailan al mismo ritmo.