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Ozempic: Mitos y verdades


La semaglutida conocida comercialmente como Ozempic, es un medicamento que surge con el objetivo de tratar la diabetes mellitus tipo 2, funcionando como un agonista del receptor GLP-1, por lo que es considerado un análogo de glucagón-1; hormona encargada de la regulación del apetito y producción de insulina. Sumado al control eficaz que ha tenido Ozempic en la diabetes mellitus tipo 2; ha contribuido de manera consecuente a la pérdida de peso, ya que reduce el apetito y mejora la tolerancia a la insulina. Lo anterior ha producido pérdidas de peso de hasta el 15% semanal en dichos pacientes.

Debido a los resultados “mágicos” Ozempic se ha convertido en uno de los fármacos más popularizados para el control de peso en celebridades importantes a nivel internacional. Sin embargo, previo a la utilización de este fármaco se debe considerar los criterios médicos oportunos para la utilización del mismo de manera personalizada y estrictamente bajo prescripción médica. Lo anterior no ha sido una realidad, ya que diversas personas han utilizado esta estrategia como una salida fácil para bajar de peso de manera abrupta y eficaz sin un esfuerzo mínimo.

Por tanto, desde la perspectiva nutricional el uso de este fármaco sin prescripción médica previa y sin las consideraciones patológicas existentes; se podría convertir en una amenaza a la salud pública. Ya que puede inducir a problemas gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarreas, infecciones del tracto urinario, dolor de cabeza hasta otros más complejos como afectación del sistema nervioso, pancreatitis, entre otras.

Aunado a lo anterior dentro de las recomendaciones con el uso Ozempic se encuentra; tener una dieta rica en frutas y vegetales, granos enteros y de manera general lo más equilibrada posible para la efectividad del mismo. Sin embargo, muchas personas lo utilizan sin hacer ningún cambio en el estilo de vida, lo que se traduce a un aumento de peso conocido como “efecto rebote” después de abandonar la aplicación de dicho fármaco. (Henney et al., 2024)

Es importante reconocer que el uso de métodos “milagrosos” para la pérdida de peso a corto plazo pueden tener implicaciones nutricionales y de salud importantes a largo plazo. Por ello es crucial adoptar una serie de pequeños cambios de hábitos y buenas prácticas nutricionales las cuales sean realistas y adecuados para cada individuo. Lo ideal es poder visitar el nutricionista para la adopción de cambios que perduren en el tiempo; cubriendo las necesidades fisiológicas y por ende permitan sentirte bien con tu cuerpo en todas tus facetas de vida.

Samantha Alcántara

Nutricionista